Entrevista a Sergio Abarca, promotor de Savia Ecoturismo

Introducción

Savia Ecoturismo es el resumen de una vida dedicada al desarrollo rural y conservación del medio ambiente. Ubicados en el corazón del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, buscan mostrar todos los encantos de nuestra tierra, el rico patrimonio natural, cultural e histórico de la Serranía de Cuenca.

Entre las actividades que llevan a cabo destacan el micoturismo, el trufiturismo o la observación de ecosistemas. Así, realizan rutas interpretativas, etnográficas, actividades en la naturaleza y talleres de educación ambiental.

Según nos cuenta su promotor Sergio Abarca, la utilización de la palabra Savia no es casualidad, pues representa la vida, la “sangre” del árbol, de la que surge todo lo demás. Es su visión holística de la naturaleza lo que hace de esta iniciativa algo tan especial.

En plena “fábrica de oxígeno”, como denomina Sergio a nuestra serranía, y desde el sentido común que le caracteriza, nos acercamos a la localidad de Uña para hablar con él sobre el gran valor natural, cultural y gastronómico de esta comarca.

Introducción y ecoturismo

Un joven de 27 años que ha crecido en una ciudad de 50000 habitantes acaba fundando una empresa en un pueblo de menos de 100. ¿Cómo surge esta idea y cómo has notado el cambio?

Desde niño, mi sueño ha sido vivir en la Serranía de Cuenca y trabajar en este entorno natural. En este caso, el ecoturismo ha sido la manera de divulgar mi pasión y dar a conocer otras actividades medioambientales que hasta ahora no se practicaban tanto, como el micoturismo o el trufiturismo. 

En el momento que surgió la oportunidad de dar este paso y emprender un futuro en la zona que siempre he querido, no lo dudé. Dar el salto a vivir en el lugar que he elegido y dedicar el tiempo a mi pasión.

La Serranía de Cuenca, nombrada Parque Natural en el año 2007, es un mar de pinos y robles con apenas grandes municipios. ¿Qué valor e importancia tiene para ti este paraje?

Es la combinación natural, cultural, gastronómica y social que reúne la Serranía de Cuenca, debemos darle la importancia al conjunto. Vivimos en un lugar privilegiado para todos los amantes de la naturaleza, rodeados de bosques, ríos y parajes que invitan a soñar, pero también es importante valorar el esfuerzo diario de la población local para mantener viva esta comarca y conservar los grandes tesoros que nos ofrece.

Savia Ecoturismo aparece como una herramienta para conocer y mostrar a la ciudadanía los recursos y parajes que la Serranía de Cuenca ofrece. ¿Qué papel tiene el ecoturismo a día de hoy?

El turismo es una herramienta de paz y conocimiento, debemos valorar todos los recursos que ofrece nuestra tierra y tenemos un papel fundamental para darlos a conocer de forma sostenible, pensando siempre en el desarrollo de las zonas rurales y la conservación del entorno, ese equilibrio es necesario. El ecoturismo enfoca sus actividades en la interpretación de la naturaleza y educación ambiental, que el visitante descubra los tesoros naturales de una zona sin causar perjuicio para la misma, alejarnos de la explotación comercial de una actividad y aplicar el sentido común para mostrar los mayores atractivos de un territorio sin provocar un impacto negativo en el mismo.

En las últimas décadas, se podría decir que lo eco-, lo verde, está de moda. ¿Consideras que se está aprovechando por parte de grandes empresas o algunas instituciones esta terminología para conseguir fines diferentes a los que supuestamente persigue?

Sí, yo creo que sí. En los últimos años, cada vez vemos más campañas de publicidad donde los términos eco-, bio- o natur- son los que más destacan. Sin embargo, lo que ofrecen no tiene nada que ver con esos términos. 

En el caso del ecoturismo, la gran mayoría de compañeros y empresas que lo trabajamos plasmamos nuestra pasión por la naturaleza, somos conscientes de nuestra labor como educadores ambientales y lo practicamos a diario. Existen grandes empresas que están desvirtuando esos grandes términos y hay que tener cuidado, al final puede ser contraproducente.

Conservación de la naturaleza

Llega el otoño y con él, el paisaje de nuestra serranía cambia. El color de las riberas se tiñe de oro y ocre, la hojarasca se mezcla con las setas y el aire se llena con el sonido de la berrea. ¿Qué tiene pensado ofrecer Savia Ecoturismo para estos meses?

Sensaciones únicas e inolvidables, ofrecemos combinar naturaleza, gastronomía y cultura para conocer todos los secretos que guarda la Serranía de Cuenca y, teniendo en cuenta la situación actual, disfrutar de experiencias seguras en plena naturaleza.

Primavera y otoño son las estaciones más fuertes para el ecoturismo, el monte nos deleita con sus mejores galas, es el momento ideal para disfrutar de numerosas actividades en la naturaleza y talleres medioambientales. En el caso del otoño, las rutas micológicas es lo que más nos demandan, también por el perfil que hemos adaptado como empresa. Además, enlaza con lo que hablábamos de conocer el aspecto natural, cultural y gastronómico de un recurso. Realizamos recorridos guiados para identificar los principales hábitats y especies asociadas a cada uno de ellos, sus principales características y curiosidades destacables. Completamos la jornada con otras actividades como son las visitas guiadas, la berrea del ciervo o rutas de observación e interpretación en la naturaleza, adaptándonos al grupo y organizando actividades muy personalizadas.

La explotación maderera, la gestión de residuos, los recursos hídricos, la conservación de los ecosistemas o la propia educación ambiental… ¿Crees que hay una adecuada gestión ambiental de la serranía por parte de las instituciones?

Puede ser mejorable. A nivel humano se hace lo posible, pero necesitamos una mayor implicación por parte de las instituciones, en todos los niveles, y buscar una simbiosis entre la gestión económica, forestal o turística, lograr que el resultado final no sea el mismo de siempre, el abandono que sufrimos en las zonas rurales.

Por ejemplo, nuestro sector (la micología) está regulado bajo mínimos. Se puede mejorar mucho esta legislación, en cuanto a cantidades, tamaños etc. Incluso las actividades turísticas o jornadas que se celebran fuera del marco legal y sin cumplir con los trámites exigidos, no hay implicación de ningún organismo para frenar ciertas actitudes irresponsables, ocurre en muchos sectores. 

También se pueden mejorar algunos detalles en los lugares de mayor interés turístico de nuestra Serranía para prestar un servicio de calidad al visitante, como el nacimiento del río Cuervo, Uña u otros. Una mayor implicación o mejora de servicios acaba beneficiando a la zona, al turista y a la población local. No hay que olvidar que todo va de la mano.

La caza sigue siendo una de las principales actividades en nuestra provincia y que juega un papel fundamental en nuestros ecosistemas. Un defensor de la naturaleza como tú, ¿qué entiende por caza sostenible? 

Hay muchas especies que en estos momentos no tienen un depredador natural, entiendo que la caza sostenible se puede considerar una forma de caza selectiva, nunca la sobreexplotación o el concepto de matar por matar. El control poblacional es importante para evitar problemas mayores que puede generar la superpoblación de una especie, como ciertas enfermedades, daños ecológicos o escasez de pastos, sin contar la repercusión económica que supone para las zonas rurales. Debemos buscar un equilibrio, una cosa es que te guste la caza y otra que te guste cazar, son términos diferentes.

Micología

La micología es uno de los platos fuertes de la empresa Savia Ecoturismo y uno de sus principales motores. Además, junto a tu hermano, habéis participado en la revista “Cesta y setas” que fue la primera en convertirse en Touroperador micológico en España. ¿Qué valor tiene la Serranía de Cuenca respecto a este sector?

 

 

Nos encontramos en un lugar privilegiado para todos los aficionados a la micología, una de las zonas de la península con mayor número de especies, diferentes hábitats y rincones mágicos para recorrer, pero yo diría, ¿qué valor le aporta el sector micológico a la Serranía de Cuenca? Supone un activo, tanto económico como cultural, a cualquier comarca que disponga del mismo. Tradicionalmente, hemos limitado la búsqueda de setas al otoño, pero podemos practicarla durante todo el año. La riqueza micológica que tenemos nos permite salir las cuatro estaciones, sabiendo movernos en diferentes cotas según la época. A fin de cuentas, hacemos educación ambiental, nuestras actividades no están enfocadas a la recolecta, sino a la interpretación de la naturaleza. No es mejor setero el que más cantidad recoge, sino el que mejor entiende la naturaleza: cómo, cuándo, dónde y por qué. Estas son las cuatro preguntas que pretendemos resolver cuando salimos al campo. Por tanto, la micología puede aportarle a una zona mucho más de lo que podemos imaginar, así como a través de las jornadas y actividades micológicas, conocemos todos los secretos de un mundo tan amplio, generando un beneficio directo e indirecto en la población local.

 

Las setas son ampliamente conocidas, especialmente en estas fechas, por su carácter culinario y como agradable excusa para pasar un día por el campo. Sin embargo, ¿qué importancia ecológica tienen estos organismos?

 

Son más importantes de lo que pensamos. La seta/hongo está cumpliendo su función en la naturaleza y debemos ayudarle a ello, por este motivo recomendamos no recolectar los ejemplares de menor tamaño y permitir que cumplan su ciclo, que se reproduzca para garantizar la vida en ese ecosistema. Por ejemplo, la función que hacen las setas micorrícicas en su simbiosis con las plantas asociadas, se aportan nutrientes entre ambos, o el caso de las setas saprófitas, que se alimentan de materia orgánica en descomposición. Ese hongo descompone el árbol y lo convierte en nutrientes para el terreno, si no fuera por su labor, los árboles muertos se quedarían permanentemente.

Los hongos están en todo: en la naturaleza, en las ciudades, sobre otros seres vivos. Hay que darle más magia a este mundo, no pensar sólo en la recolección y el consumo.

 

Dentro del mundo micológico, una de sus joyas, que está jugando un papel fundamental en el incremento de amantes a la micología, es la trufa. Las serranías de Teruel, Soria o Cuenca son punto de encuentro para su búsqueda y recogida. Sin embargo, debido a su alto precio, cada vez es más habitual encontrar recolectores furtivos que lo venden en el mercado negro. ¿Qué opinión te merece esta práctica?

 

El furtivo es el mayor enemigo de todos los que trabajamos la trufa de forma legal y queremos desarrollar una línea de sostenibilidad en este sector. Ciertas prácticas repudiables están poniendo en peligro el futuro de la trufa silvestre. La persona que va a robar trufas, sólo le da importancia a su bolsillo, no piensa en realizar mejoras sobre el terreno o el futuro del aprovechamiento. Son gente sin escrúpulos y hay que pararlos con la colaboración de los compañeros truferos y, sobre todo, el apoyo por parte de las instituciones y autoridades competentes. El furtivo es, sin duda, uno de los peores males que tenemos en el mundo de la trufa, están provocando un daño ecológico y económico irreparable. Después de trabajar todo el año, vas al terreno y observas que el fruto que has mantenido con tanto esfuerzo y sacrificio, te lo han robado, pero no sólo eso, se han llevado trufa sin madurar o dejan el pozo abierto, con lo que quizás ese micelio muere y deja de producir. Los aprovechamientos truferos son un ingreso muy importante para pequeños ayuntamientos con pocos recursos y este tipo de actuaciones ilegales merman su valor. Hacen un mal irreparable, sin pensar en nada ni en nadie.

Futuro: despoblación rural y ecoturismo

 

De estos remotos y olvidados parajes al cemento de las ciudades, de las setas de nuestra serranía al humeante hongo de Madrid. La huella ecológica de una persona que compra un aguacate que viene del otro lado del mundo es mayor a la de alguien que caza un conejo en el término de su pueblo. Viviendo en una ciudad, ¿cómo crees que se puede conseguir una actitud realmente responsable sobre el medio ambiente? 

 

Con educación ambiental. Fomentando las actividades y talleres medioambientales relacionadas con el ecoturismo, la interpretación de la naturaleza y los recursos que nos ofrece. Dando a conocer los grandes tesoros que tenemos en comarcas como la Serranía de Cuenca. Por ejemplo, cuando alguien va a un mercado en una gran ciudad y compra Boletus edulis no le da el valor que merece. Cada una de las setas (o cualquier otro producto) que consumimos es un milagro de la naturaleza, deben de coincidir muchos factores para acabar disfrutando de sus propiedades gastronómicas y nutritivas. 

Además, creo que en España tenemos un problema de autoestima, sobre todo en los pueblos. Tenemos productos excepcionales, como el azafrán, el aceite o las trufas, que son mucho más valoradas en otros países, como Francia o Italia.

 

A veces también puede tener que ver con el sello del producto. ¿Qué le dirías al consumidor de la ciudad o de qué manera se le puede transmitir que un producto directo de una comarca cercana, aunque carezca del sello eco-, tiene una huella ecológica menor? 

 

Le recomendaría conocer la vida de ese producto y su productor, el cariño, la pasión y plena dedicación que los agricultores o ganaderos plasman en su trabajo, pensando siempre en el correcto desarrollo de sus pequeñas explotaciones, buscando el bienestar de todos y sin la necesidad de provocar grandes impactos ecológicos para obtener mayores beneficios.

En el mundo de las setas no está del todo regularizado, no se conoce con certeza lo que sucede desde que la seta o trufa sale del campo hasta que llega al consumidor final. La huella ecológica también la encontramos cuando un furtivo consigue comercializar el producto previamente robado. Hay comercios (tiendas, fruterías o restaurantes) que siguen comprando, a pesar de que esos productos no cuentan con ninguna trazabilidad y se han sustraído irregularmente, provocando un grave perjuicio en el ecosistema. Por tanto, lo primero debe ser la regulación del sector.

 

En relación con esto, ¿crees que es necesario incluir la educación ambiental dentro de las escuelas e institutos?

 

Sí, por supuesto. Hay algunos programas que fomentan la educación ambiental, de hecho, desde Savia Ecoturismo hemos realizado varias actividades en centros educativos. Pero debería incluirse con mayor frecuencia, debemos darle más importancia. Si a un niño le enseñamos a interpretar la naturaleza, trasmitirá esa información a su entorno más cercano y dentro de unos años tendrá los conocimientos adecuados para disfrutar del monte sin provocar un impacto negativo, además de valorar todos los recursos que nos ofrecen las zonas rurales.

 

Cuenca sufre una dramática despoblación rural y la serranía es uno de sus máximos exponentes. ¿Puede ser el ecoturismo una de las herramientas para salvar a la España vaciada?

 

El ecoturismo es una herramienta más para mantener los pueblos vivos, no sólo por la actividad económica directa, sobre todo por la indirecta. Una familia o un grupo de amigos que deciden realizar una actividad en la naturaleza, deja un beneficio directo en la empresa que la organiza, pero también repercute en varios negocios de la zona, como alojamientos, restaurantes, comercios locales, etc.

 

Muchos jóvenes hoy en día se están planteando la vuelta al mundo rural. Desde la perspectiva de alguien que ya dió este paso ¿Qué le dirías a estos indecisos? ¿Hay futuro en los pueblos?

 

El consejo que siempre nos han dado, ¡corred, insensatos! [se ríe] La tradición dice que en el pueblo no hay futuro para los jóvenes y si quieres crecer, tienes que emigrar a la ciudad, pero creo que no es cierto. Hay que adaptarse a la vida en el pueblo, es muy diferente y te tiene que gustar, pero si de verdad sientes pasión por lo que nos rodea, hay mucho futuro en las zonas rurales. En los últimos años han mejorado mucho las comunicaciones y la digitalización de los pequeños municipios, por lo que es más sencilla la adaptación, aunque tenemos los mismos problemas y preocupaciones que todo el mundo, pero en conexión con el entorno son más llevaderos. 

El primer inconveniente que encuentras cuando llegas a un pueblo es la vivienda, casas sin gente y gente sin casas, la mayoría cerradas y sin opción de alquiler o compra, pero con insistencia al final se consigue.

Animo a la gente a dar el paso, ya que aunque existan problemas de este tipo, la calidad de vida mejora mucho. Con paciencia y capacidad de adaptación se alcanzan los objetivos.

Deja una respuesta