El Záncara, afluente importante del Gigüela por su margen izquierda, nace en tierras de la Obispalía de Cuenca. Pertenece a la confederación del Guadiana y sus casi 186 kms por las provincias de Cuenca, Albacete y Ciudad Real lo hacen merecedor de ser un río eminentemente manchego y delimita por el sur el origen de lo que fue el Común de la Mancha.
Es descrito como un límite natural del origen de la Mancha. Antiguamente se definía como río de temporada, con poca agua durante los estíos y muy cargado en los inviernos, muy difícil de vadear en algunas zonas. Se formaban torcas por la fuerza que llevaba el agua que arrastraba la tierra de las orillas. Se formaban ciénagas y lodazales donde los carros y los animales se quedaban atorados; pozas donde se habían ahogado personas y animales.
Desde sus castillos y fortalezas en el tramo inicial podremos ver una gran cantidad y representación de casas de encomienda y molinos; recorreremos importantes tramos de cañadas y veredas de la Mesta; también seremos testigos de la huella que la romanización dejó a través de su arquitectura civil (puentes) y calzadas.